Cambios Para Venezuela!!! Si Se Puede!!!

domingo, 26 de febrero de 2012

hombres que desafiaron a Dios

1 comentario:

  1. Así ha dicho Dios, el mismo Dios de los Ejércitos de ayer, de hoy y de siempre: “Oye bien y pon atento todo tu ser, a estas palabras que te hablo hoy, vuélvete a mí, vuélvete a mí, arrepiéntete y conviértete de tus malas acciones, de tus malas obras y de tus malos caminos ¿por qué moriréis? ¡Oye bien, Oh, venezolano y venezolana! ¡Oye bien, Oh, extranjero y extranjera que habitas en esta nación! ¿Por qué te empeñas a cerrar tus oídos? He aquí que el cielo se pone rojo mientras los incautos para confusión suya se sorprenden con la señal, en tanto salgo de mi lugar y desciendo sobre Venezuela, porque hollaré a esta nación como quien pisa un lagar de uvas con sus pies. La pisaré con mi ira y la fuerza de mi furor hará que se salpiquen en gran manera de rojo mis vestidos; con la fuerza de mi pie golpearé la tierra y esta abrirá su boca tan desmesuradamente que no habrá tiempo de pensar en nada y no descansará hasta saciarse del rojo purpura; con el mover violento de mis pies levantaré la gran marea roja que cubrirá las grandes ciudades costeras, y con mis saltos romperé las nubes y los rojos ríos bajarán de las montañas para cubrir los pueblos y con mi soplido agitado haré que la corriente enrarecida quite bruscamente el calor y cubra del frío rojo la tierra de débiles y fuertes; haré saltar de los montes las fieras que con su terror cubrirán de rojo las fronteras, llenaré los cielos de aves de rapiña de todo tipo y tanto será su ferocidad que volverán rojos los campos y como quien derrama un gran lagar desde lo alto, se empapará y salpicará el liquido rojo por todos lados, por el mar, por los campos, por las montañas, por los ríos, por los caños, por los pueblos, por las ciudades, por las quebradas, por las autopistas, por las avenidas, por las calles, por las veredas, por las cloacas, por las plazas y por los edificios y casas. Todo esto por la rebeldía y maldades de esta nación y por los pecados y desobediencia de mi Pueblo, que se empeña en no escuchar mi voz. No habrá quien escuche, no habrá donde acudir, no habrá a quién tocarle a la puerta, no habrá quién salve, cada quién correrá solo por su vida y no habrá terminado el aire de entrar completamente a sus pulmones cuando de nuevo mis pies se descarguen una y otra vez sobre esta nación, no se bastarán los que se conmuevan con tantas desolaciones seguidas hasta que cese de pisar.”

    Venezolano, venezolana, extranjero y extranjera que habitas en esta tierra, así te dice el Señor, que hizo los cielos y la Tierra “¡Arrepiéntete

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